21 mar 2011

21 de marzo en su dia


Carta de una madre
Trato de imaginármelos ahora; entre el miedo, la angustia, el dolor, la bronca, el rechazo… No me es difícil, yo estuve ahí en su mismo lugar.
Desfilaron ante mis ojos los mismos sentimientos, los mismos miedos.
Han tenido un niño con SÍNDROME DE DOWN, un “mogólico”. ¡Qué palabra! Suena y desgarra. Y en la vorágine han olvidado algo muy importante: han tenido un hijo, un bebé, una persona que los necesita, y que hasta ahora no entiende muy bien por qué esas caras. Por qué el llanto de mamá y la desesperación de papá.
Si hasta hace muy poco todo era perfecto. Todavía no logra comprender qué sucedió, qué hizo que su mundo de afectos se desmoronara. Está ahí solo, los está esperando.
Van a ser Uds. los que tendrán que reconocer en él a su hijo.
Sos vos mamá, ser único e insustituible la que, entre sus brazos, va a lograr calmarlo y contener su angustia. Va a ser de ahora en más un aprendizaje mutuo. Ese bebé “menos que perfecto” que han tenido es suyo. Y ¿a quién se va a parecer sino a Uds.? Serán Uds. los encargados de presentarlo al mundo. Lo sé, no será tarea fácil, pero no por esto imposible.
¿Cómo lo mirarán entonces? Con los mismos ojos con que lo miren Uds. Porque son Uds. su primer mundo. Lo son todo para él en este momento. Dependerá de Uds. entonces. Si ven en él a un ser con futuro, si lo educan en el convencimiento de que es una persona con posibilidad de desarrollo, digna de ser feliz, capaz de querer y ser querido, de vivir la vida y de pasar por
ella y no de que ella le pase, le darán la oportunidad de convertirse en un ser humano completo, digno, libre y por sobre todo feliz.
Aprenderán que su relación con él o con cualquiera no pasa por su coeficiente intelectual, ni por sus ojos rasgados, o sus manos o su cara, sino fundamentalmente por una relación de amor y a partir de ahí todo se puede.
Sabrán que aunque sus logros se harán esperar, igualmente llegan y los colmará de felicidad su primer sonrisa, sus primeras palabras, sus primeros pasos… Y llegará el día en que se verán reflejados en su hijo y se sentirán orgullosos de tenerlo. Y comprenderán que el mundo no se acaba, no se detiene ni se derrumba a partir de su nacimiento, sino todo lo contrario, el mundo recién empieza, porque siempre es renacer, hoy y todos los días, a partir de él y con él; ¡todo es posible!.

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